7 de maig 2018

Panegírico del Dr. Josep Maria Caparrós Lera

Hace poco más de un mes nos dejó Josep Maria Caparrós Lera a la edad de 74 años. Era Catedrático emérito de Historia Contemporània y Cine del Departamento de Historia y Arqueología de la Universidad de Barcelona. No por esperada, hacía dos años que sufría un cáncer, deja de ser una noticia que produce consternación entre todas las personas que lo conocíamos, por su generosidad y trabajo. Su carácter era sereno y calmado, y eso me hace recordar el título de una película de su querido John Ford, El hombre tranquilo (1952).

Era una persona bondadosa dispuesta siempre a ayudar a los demás cuando hiciera falta. Siempre tenía una sonrisa en la cara a causa de su humanidad. Su talante dialogante provocaba que tuviera amigos y conocidos de todos los credos y sensibilidades políticas.

Me considero su discípulo porqué nos unía la pasión por el Cine como fuente histórica. Es necesario subrayar esta circunstancia, porqué él hizo escuela a través del Centro de Investigaciones Film-Historia, fundado por él, en 1983, actualmente es un grupo de investigación adscrito a la Sección de Historia Contemporánia y Mundo Actual, y de la revista Film-Historia, editada primero en versión impresa entre el 1991 y el 2000 y a partir de entonces en versión digital. Fue uno de los pioneros en la introducción de las relaciones entre Historia y Cine en la universidad. Ayudó a todo el que se le acercaba; ya fuera a un simple aficionado o un especialista en una crítica, un artículo, el capítulo de una obra, un libro, una tesis doctoral –llegó a dirigir una veintena– o para llevar a cabo un proyecto cinematográfico como podía ser una película. Te daba libertad y te proporcionaba conocimientos además de confianza, aspectos que pocas personas son capaces de desarrollar ahora. Su apoyo y ánimo queda reflejado en una frase que decía a menudo “¡Triunfarás!”.

Son muchas las personas que, a cierta edad, nos abandonan, pero, él no quería que estuviéramos tristes a causa de sus profundas creencias religiosas. En este sentido, dejó escrita una original carta de despedida hacia su nueva etapa, a los amigos, conocidos y colaboradores donde destaca que su objetivo en la vida fue servir a Dios y a los hombres, de manera especial a través de su trabajo profesional. Él mismo se definía como un proletario intelectual que quería el Cine sin más. Se tendría que remarcar que era admirable su lucha en buscar la excelencia en el trabajo. Ejerció la crítica desde 1965 antes de dedicarse a la docencia e investigación universitaria. Profesor de la Universidad de Barcelona desde 1982, impulsó la asignatura de Historia Contemporánia y Cine, creada en el curso 1995-1996 y que fue modelo para otras universidades españolas y latinoamericanas. Impartió cursos sobre cine español en el extranjero. Su obra 100 películas sobre Historia Contemporánea (1997; 3ª ed. 2017) se ha convertido en un manual de referencia. Ha dejado escritos 40 libros especializados. Poco antes de morir tuvo la satisfacción de tener en sus manos Las películas que vio Franco (y que no todos pudieron disfrutar). Cine en El Pardo, 1946.1975 (noticia en el diario ARA – catalán). Próximamente aparecerán publicados Anatomía de un fantasma. Historia clínica del cine español, las memorias del pionero del cine sonoro español Francisco Elías, editadas por él a través de Edicions UB, así como el libro De La aldea maldita a Franco: Una historia psicológica del cine español.

Como dice el personaje de Salvatore a su viejo amigo proyeccionista a Cinema Paradiso (1988) –una de las grandes películas sobre el amor al Séptimo Arte– “Gracias. Por todo lo que has hecho por mí”. Gracias, Josep Maria, en nombre de todas las personas que te conocimos, por tu amistad y por compartir con nosotros tu sabiduría.

Magí Crusells